Cada vez, más padres han oído hablar del control de miopía.
No siempre saben exactamente en que consiste, pero lo que realmente les motiva es la idea de que podrían estar haciendo algo más para prevenir el aumento de la miopía de sus hijos.
¿Qué causa la miopía?
Así pues, como optometristas, actualmente explicamos cuales son los principales motivos para un mayor aumento de la miopía, teniendo en cuenta la herencia genética y los factores ambientales como la falta de exposición a luz solar, escasa actividades al aire libre, alto grado de exposición a pantallas a poca distancia etc.. y recomendamos mejorar esos factores ambientales con lo que se podría denominar ergonomía visual.
¿Existen tratamientos para la miopía infantil?
Además en la actualidad, contamos con herramientas que pueden hacer que el progreso de la miopía sea más lento y evolucione menos. Siempre generando expectativas realistas ya que estas herramientas no hacen que la miopía “desaparezca”.
En la actualidad hablamos de tres opciones para el control de miopía:
1.- Gafas de desenfoque periférico.
2.- Lentes de contacto blandas mensuales o trimestrales.
3.- Lentes de contacto semirrígidas de uso nocturno (ortoqueratología).
Estos procesos pueden ir acompañados de tratamiento farmacológico que será prescrito en caso de uso por un oftalmólogo.
Cuando hablamos de control de miopía en niños no solo se debe involucrar a los especialistas de la salud visual y obviamente al mismo paciente, sino que esta responsabilidad debe ser compartida con los padres de familia también. Los padres juegan un papel primordial en el tratamiento de la miopía ya que ellos, al final de cuentas, son los que toman la decisión de si su hijo llevará o no a cabo dicho tratamiento.
Por tanto es sumamente importante transmitir a los padres toda la información disponible sobre las opciones de control de miopía para sus hijos.
Los padres deben conocer las complicaciones que pueden causar cualquiera de las opciones propuestas y asumir su responsabilidad como adultos involucrándose en el aprendizaje de la inserción y desinserción de las lentes, limpieza, revisiones y cumplimiento, ya que los pacientes que realizan estos tratamientos son menores y quien firma el consentimiento informado son los padres o tutores.
Por suerte, si hay una correcta adaptación y seguimiento por parte de los profesionales de la salud visual, y un buen manejo y cuidado de las lentes de contacto, la aparición de complicaciones es baja frente al beneficio.
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Fdo: María Estela Sanz Álvarez, Óptico Optometrista. INSADOF