¿Porqué importa el grosor de la córnea?
La córnea es la estructura transparente situada en la parte más anterior del ojo. Actúa como una capa protectora, y es la primera lente con la que se encuentra la luz al penetrar en el ojo, siendo la responsable de las tres cuartas partes de la potencia óptica ocular.
Tiene un grosor medio de 550 micras en la zona central, siendo el rango normal entre 440 y 600 micras. En la periferia, suele tener un grosor medio de 660-700 micras.
Este espesor puede variar en función de varios factores:
- Edad: siendo mayor el grosor en pacientes jóvenes
- Sexo: mayor grosor en sexo masculino
- Ambiente: la sequedad ocular puede disminuir el espesor corneal
- Área geográfica: la población afroamericana presenta un grosor menor a la raza blanca, y la asiática inferior a la caucásica
- Diabetes mellitus
Se ha demostrado incluso que el espesor corneal puede variar a lo largo del día.
¿Porque medimos el espesor corneal?
La medición del espesor corneal es fundamental en dos situaciones:
- Valoración de la presión intraocular
- Valoración para cirugía refractiva
Valoración de la presión intraocular:
En consulta, medimos el valor de presión intraocular mediante un aparato que se llama tonómetro. Para poder obtener un dato más preciso de este valor, es necesario realizar una paquimetría corneal, es decir, realizar una medición del grosor de la córnea.
Generalmente realizamos una paquimetría ultrasónica, que requiere el contacto entre la sonda de medición y la córnea. Se trata de una prueba totalmente indolora, llevada a cabo en consulta bajo anestesia tópica.
En el caso de las córneas gruesas, el valor de presión intraocular que nos ofrece el tonómetro puede ser sobrestimado por el aparato, mientras que en el caso de córneas finas, este valor puede ser subestimado.
Así, corrigiendo el dato de presión intraocular obtenido en función del grosor corneal, obtenemos un dato mucho más exacto, lo cual es muy importante tanto para el diagnóstico, como seguimiento y tratamiento de patologías como la hipertensión intraocular y el glaucoma.
Valoración para cirugía refractiva:
En procesos de cirugía refractiva corneal, es fundamental un examen exhaustivo del grosor corneal, entre otros parámetros, para saber si el paciente es un buen candidato a este tipo de cirugía.
En la cirugía se va a modificar la forma de la córnea, retirando cierta cantidad de tejido, que afectará directamente al espesor corneal.
Un paciente intervenido de cirugía refractiva corneal sin una buena indicación, como por ejemplo tener una córnea demasiado fina, puede desarrollar problemas severos en un futuro, como ectasias corneales (adelgazamiento progresivo de la córnea y aumento de su curvatura, suponiendo una pérdida de la capacidad visual).
Sin embargo, existen otras técnicas de cirugía refractiva, independientemente del espesor corneal. La cirugía con ICL (Intraocular Collamer Lens), es una cirugía que permite respetar la armonía ocular sin alterar ninguna estructura. Respeta la biomecánica corneal, favoreciendo una mayor calidad visual, y preservando una córnea sana para el futuro.
Como hemos mencionado anteriormente, hay diversos factores que influyen en el grosor corneal, sin que tener una córnea gruesa sea sinónimo de patología.
¿Puede variar el grosor de la córnea?
Hay determinadas situaciones patológicas, que provocan un aumento del grosor corneal con repercusión visual, debido a que se produce un edema corneal.
El edema corneal es una retención de líquidos a nivel corneal que provoca un aumento de su grosor, y con ello una pérdida de transparencia, afectando así a la visión. Puede ser debido a diferentes causas:
- Daño en la cara más interna de la córnea (el endotelio) secundario a inflamación, traumas o cirugía. El edema se produce en la capa media de la cornea (el estroma), pero puede ser reversible si la causa no es muy grave o irreparable.
- Daño en el endotelio por un defecto endotelial primario, como la distrofia de Fuchs. El edema también aparece en el estroma, en este caso progresa y es irreversible. Existen muchos tipos de distrofias corneales.
- Aumento de la presión intraocular, siendo el endotelio normal. Cuando se normaliza la presión intraocular, se recupera la transparencia y grosor cornea.
- Alteración en la capa más externa de la córnea (el epitelio), por erosiones o traumatismos, apareciendo el edema en la zona de estroma próxima a la lesión. En este caso, se resuelve el edema al resolverse la causa.
De todas estas causas, las distrofias corneales son las que con mayor probabilidad pueden llevar a un daño irreparable de la córnea, afectando gravemente a la visión del paciente.
Existen diversos tipos de distrofias corneales, en función de la capa de la córnea a la que afecten. Están muy relacionadas con una base genética, y es fundamental su detección en consulta, para orientar al tratamiento.
Dicho tratamiento puede variar desde tratamiento médico (con lágrimas artificiales, antibióticos, ungüentos…) a tratamiento quirúrgico: cirugía de transplante corneal.
El transplante corneal es una técnica quirúrgica que ha avanzado de manera importante, siendo posible en el momento actual transplantar capas aisladas de la córnea (DSAEK, DMEK) sin tener que realizar un transplante de espesor completo (queratoplastia penetrante), disminuyendo tanto los riesgos quirúrgicos como los riesgos de rechazo del injerto en gran medida.