Ésta, es una pregunta que nos realizan frecuentemente los padres en consulta, en relación con sus hijos.
Es difícil estimar el momento idóneo para una primera visita oftalmológica, sin embargo, existe cierto consenso en la comunidad oftalmológica de que, si todo va bien, los 3 años de edad es un buen momento para una primera revisión, coincidiendo con la primera escolarización del niño.
Por supuesto, si los padres, cuidadores, o pediatra detectan alguna anomalía en el niño, cualquier momento es bueno para hacer una revisión.
La buena salud ocular es fundamental para el correcto desarrollo visual en el niño, y para evitar que un déficit visual pueda suponer un problema mayor en el futuro, es recomendable realizar revisiones ópticas y oftalmológicas periódicas.
Un problema visual no detectado en un niño puede derivar en otros problemas como falta de atención, dificultad de aprendizaje, síntomas astenópicos o molestias oculares.
Lo que evaluamos en la primera revisión oftalmológica del niño es:
Historia clínica con antecedentes familiares
Agudeza visual monocular y binocular.
Refracción subjetiva y objetiva.
Hacemos test de estereópsis (visión 3D)
Evaluación de Motilidad ocular
Exploración de polo anterior y polo posterior.
A partir de esta primera revisión de los tres años, si todo es correcto y el oftalmólogo no indica lo contrario, se recomiendan revisiones anuales para controlar y prevenir cualquier alteración.
En la prevención, juegan un papel importante los padres y profesores, pues el niño no sabe si lo que percibe a nivel visual es correcto o no.
La detección temprana de los problemas de visión no sólo es importante para evitar la complicación de una patología y para el correcto desarrollo visual, sino también para prevenir futuros desórdenes en el aprendizaje.
Estela Sanz Álvarez
Óptico-Optometrísta
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