¿Qué es DMAE?
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad ocular que consiste en un deterioro progresivo de la mácula. La mácula es el área central de la retina. Nos va a permitir alcanzar la máxima nitidez para tareas como la lectura, ver la televisión, conducir, etc. Es la responsable de la zona central de nuestro campo visual y de la visión de los colores.
La mácula al igual que la retina tiene varias capas de células y la más externa es el epitelio pigmentario de la retina (EPR). Al ser la retina una capa que tapiza el ojo por dentro, el EPR estará en contacto con la pared interna del ojo, y en concreto con una capa de pequeños vasos sanguíneos que denominamos coroides y que está entre la retina y la esclerótica. Esta capa, la coroides, es la que va a nutrir la retina y la mácula. En particular el EPR supone una barrera que actúa como filtro entre la mácula y la coroides.
En la degeneración macular se produce un deterioro de esta barrera por acúmulo de sustancias de desecho y por alteración de la micro vascularización. Esto va a suponer un ‘apolillamiento’ de la retina y una atrofia de la misma que denominamos DMAE seca. Cuando estos defectos del epitelio pigmentario aumentan, permiten el paso de vasos desde la coroides y la DMAE se convierte en DMAE húmeda o exudativa.
La labor del oftalmólogo consiste en realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad y así informar al paciente para que esté atento a los síntomas visuales que supongan empeoramiento de la enfermedad o el paso a una forma húmeda. Es precisamente esta forma húmeda la que podemos tratar y de la precocidad del tratamiento va a depender el pronóstico visual final.
Es importante facilitar la rejilla de Amsler para que el paciente pueda hacer sus propios tests visuales buscando deformidad en las líneas rectas. La deformidad o metamorfosia es el síntoma más precoz.
¿Qué tratamiento tiene la DMAE?
En la actualidad el tratamiento de la DMAE húmeda se realiza con unos fármacos denominados ‘antiVEGF’. Estos fármacos van a inhibir los factores de crecimiento vascular y van a producir por tanto una retracción de los vasos que invaden la mácula, lo cual supondrá una disminución o ausencia de la exudación. Esto no ocurre siempre ya que algunos pacientes no responden correctamente al tratamiento.
En la actualidad manejamos tres fármacos para el tratamiento de la degeneración macular exudativa: el Lucentis (rabinizumav), el Avastin (bevavizumav) y el EYLEA (aflibercept).
Aparte de las preferencias de cada oftalmólogo y de la diferencia entre el precio de las distintas sustancias, está demostrado que la eficiencia y el perfil de seguridad es muy similar entre los tres.
¿Cómo se administra el tratamiento?
El método de administración de estos fármacos es mediante la inyección intravítrea. Aunque pueda parecer una técnica invasiva, es una sencilla inyección indolora del medicamento en el interior del globo ocular.
En principio se realizan tres inyecciones con un intervalo de un mes entre ellas, que es la llamada fase de carga, y luego es el oftalmólogo el que decide la secuencia o el momento de inyectar nuevas dosis según la evolución de la visión de los pacientes.
Es por tanto muy importante el hacer revisiones rutinarias para poder detectar la enfermedad, especialmente en aquellos pacientes que tienen historia familiar ya que las posibilidades de transmisión son mayores. El auto diagnóstico también ayudará a una rápida instauración del tratamiento.