De vez en cuando aparece en nuestra consulta un paciente joven que sintió que algo le saltaba al ojo mientras trabajaba. En la mayoría de las ocasiones se trata de impactos superficiales que producen ulceras o erosiones sin mayor repercusión. Pero en otras ocasiones nos encontramos con situaciones dramáticas como el caso del otro día en el cual, aunque el ojo no parecía estar perforado, observamos una esquirla metálica que había atravesado el globo ocular y se alojaba en la cavidad vítrea, con el consiguiente destrozo asociado.
Como decíamos la escasa frecuencia de estos casos no debería hacernos bajar la guardia. El caso que nos ocupa se trataba de un varón de 37 años que estaba cavando y tuvo la mala fortuna de golpear en una piedra.
Afortunadamente esto caso se pudo resolver mediante la extracción del cuerpo extraño metálico y es probable que no deje secuelas de importancia. Pero hay ocasiones en las que es imposible mantener la visión o incluso la integridad del globo ocular tras un traumatismo de este tipo. Por lo tanto es necesario insistir en la utilización de gafas de protección en aquellas situaciones laborales en las que existen un riesgo razonable de traumatismo ocular. Somos conscientes de lo tedioso o incluso molesto que este habito puede resultar, pero nos evitará tener que afrontar estas difíciles situaciones.
En la secuencia de fotos se puede apreciar el cuerpo extraño metálico alojado en el interior del ojo y el impacto interno que causó. Se observa también el proceso de extracción con pinza y posterior aplicación del laser entorno a la herida para cicatrizar la zona del impacto.