¿Qué es la miopía?
La miopía es un defecto visual muy frecuente que consiste en que nuestro ojo es incapaz de enfocar correctamente los objetos lejanos. Se produce porque el enfoque de las imágenes queda por delante de la retina. Afecta a unos 70 millones de habitantes en la Unión Europea.
La miopía en niños puede aparecer a cualquier edad aunque su aparición es más frecuente durante la infancia. Tiene un componente genético, por lo que si uno de los progenitores es miope, el niño o niña tiene más posibilidades de desarrollar el defecto visual. Si ambos padres son miopes hay un 60% de posibilidades de desarrollar miopía. Sin embargo, se puede ser miope sin que haya progenitores que lo sean, así que hay que mantenerse siempre alerta ante los síntomas y realizar controles visuales periódicos.
Pero, ¿por qué últimamente se habla tanto de la miopía en niños?
La miopía está llegando a ser una auténtica epidemia en algunos países asiáticos: en China, Singapur, Corea del Sur y Taiwan el 90% de la población de 18 años es miope.
Durante los últimos 50 años se ha duplicado la cifra de personas miopes en el mundo, y según las estimaciones, en el año 2020 un tercio de la población será miope y en el 2050 la mitad de la humanidad.
Pero, ¿y en España? Los niños españoles ostentan un dudoso honor: Son los más miopes de Europa. Actualmente el 40% de los escolares españoles son miopes.
Por todo esto, tanto profesores como padres debemos estar atentos a las señales de alerta que nos pueden indicar que hay un defecto de visión. Algunos síntomas de la miopía pueden ser que el niño evite tareas como el deporte o actividades de ocio, que frunza el ceño, guiñe los ojos, se queje habitualmente de dolor de cabeza, tropiece con facilidad, se acerque mucho a la tele, a las pantallas o a la hoja cuando pinte o lea, no reconozca caras conocidas cuando están lejos… En niños pequeños suele ser significativo que no reconozcan a los papás a la salida del cole y busquen durante unos metros hasta localizarlos.
En muchos casos la miopía puede enmascararse en otros problemas, como fracaso escolar o en las relaciones sociales. La mayoría de los padres desconoce que casi el 30% de los casos de fracaso escolar se debe a problemas visuales. Un niño con mala visión tendrá problemas para mantener el interés en la asignaturas o atender a las explicaciones de la pizarra que pueden derivar en apatía.
Entonces, ¿cómo podemos evitar la miopía?
Como hemos comentando previamente, la miopía tiene un componente hereditario contra el que no podemos hacer nada, pero últimamente nos encontramos cifras mucho más altas que en décadas anteriores por el exceso de trabajo en cerca con pantallas y el poco tiempo que los niños pasan al aire libre.
Algunas recomendaciones son realizar actividades al aire libre el máximo tiempo posible y trabajar lo máximo posible con luz natural.
Acudir a revisiones rutinarias para mantener la miopía corregida de forma adecuada, para que no interfiera en el desarrollo del niño. Si te han mandado gafas, úsalas, aunque las gafas no van a evitar la progresión miópica son esenciales para un correcto desarrollo visual y un desempeño adecuado del niño en sus tareas cotidianas.
Respecto al uso de pantallas recordamos la recomendación de la Academia Americana de Pediatría: No exponer a menores de dos años a pantallas (lo que incluye televisión, tablet, ordenador, móvil, consolas…) y a partir de esa edad, nunca superar las dos horas diarias.
Actualmente existen varios métodos de control de miopía entre los que se encuentran el tratamiento farmacológico con atropina o las lentes de contacto específicas para control de miopía. En el caso de las lentes de contacto de Ortoqueratología se puede conseguir ralentizar un 50% el avance de la miopía.
Por último, recordar que aunque la miopía en sí misma no es una enfermedad, si hablamos de miopías magnas por encima de 6 dioptrías hay una clara asociación entre la cantidad de dioptrías y las enfermedades oculares relacionadas. Según un informe de la Dra. Anniken Burés (“precauciones del ojo miope”) un 40% de los miopes de más de 8 dioptrías corre el riesgo de sufrir patologías en la zona central de su retina, un 60% de los pacientes con desprendimiento de retina son miopes o el 20% de los casos de catarata en edades más jóvenes derivan de una alta miopía. Se estima que el 10% de las personas con más de 15 dioptrías son ciegas.
Por tanto, aunque la miopía no es una enfermedad en sí misma, debemos intentar mejorar el estilo de vida de nuestros niños y utilizar los medios que tenemos a nuestro alcance para intentar que su graduación miópica sea lo más baja posible en edad adulta.
María Domínguez Díez
D.O.O.: 20.330