“Cada vez veo peor de cerca… ¿tengo vista cansada?”
Si es esto lo que nota es muy probable que tenga presbicia.
La presbicia o “vista cansada” consiste en la pérdida irreversible de acomodación del ojo asociada a la edad. Con acomodación nos referimos a la habilidad del ojo para incrementar el poder refractivo del cristalino (la lente natural del ojo) mediante el aumento de su curvatura y así poder enfocar objetos cercanos en la retina.
Está pérdida de acomodación afecta a más del 80% de las personas de más de 45 años. La amplitud de acomodación, es decir, la capacidad de enfocar a diferentes distancias, es elevada en niños, estable en las primeras dos décadas de la vida y disminuye a partir de entonces.
¿Por qué se produce?
Hay varios mecanismos implicados en el desarrollo de la presbicia. Por un lado los que afectan al cristalino, como la esclerosis y la disminución de la elasticidad que afectan al “abombamiento”, y por otro lado factores extralenticulares como la pérdida de función del músculo ciliar (implicado en la acomodación).
El primer síntoma de la presbicia suele ser la visión borrosa de cerca aunque también puede aparecer como cefaleas asociadas al trabajo visual de cerca, aumento de necesidad de luz para lectura o aumento de la distancia de trabajo.
Una correcta evaluación óptica y oftalmológica es esencial para establecer un correcto diagnóstico y prescribir la graduación adecuada. Es importante conocer que los miopes no corregidos o hipocorregidos tendrán menos dificultad de cerca. En el caso de los hipermétropes ocurre al contrario, si no están corregidos su dificultad de enfoque en cerca será aún más acusada. También es interesante saber que en muchas ocasiones el desarrollo de una catarata incipiente (principalmente de tipo nuclear) miopiza el ojo, es decir, hace que vuelva a ver mejor de cerca por un tiempo por el cambio refractivo que produce.
¿Qué tratamientos hay?
El tratamiento básico de la presbicia es la corrección con gafas, o bien monofocales (para cerca) o bien progresivas u ocupacionales (visión a varias distancias con la misma gafa)
Si se quiere independencia de gafa existe la opción de lentes de contacto y si además se busca una solución definitiva podemos optar por la cirugía.
La cirugía puede plantearse con técnicas a nivel corneal o intraoculares. Si la presbicia se asocia a catarata la extracción del cristalino y su sustitución por una lente artificial es la mejor opción. Se valorará una lente multifocal (visión a varias distancias) o monofocal con monovisión (un ojo ve de lejos y otro de cerca). La elección de la lente debe ser valorada por el oftalmólogo tras un minucioso estudio oftalmológico y de perfil del paciente. Cuando el paciente no presenta catarata dependiendo de la edad y del estado del cristalino se pueden valorar la monovisión, con láser o ICL, o la misma técnica de extracción del cristalino descrita anteriormente.
Dra. Irene Benito, Oftalmóloga