Lucía Sánchez Vasallo
La cirugía fue muy rápida e indolora. Durante la intervención veía luces y manchas difusas y noté que me manipulaban los ojos, pero nada de dolor. El trato de todos los profesionales fue excelente desde que entré hasta que salí.
En lo referente a la post-cirugía, el primer día es el más molesto, ya que los ojos están sensibles y la luz intensa es desagradable, pero todo soportable. Al día siguiente mejoré mucho y veía al 100%. Con el uso de gotas diarias y cuidados que me recomendaron, en una semana o menos estaba perfecta.
Había oído hablar tanto del láser como de las lentes ICL a gente conocida y por internet. Cuando el doctor me informó sobre ambas opciones (tras un estudio muy completo) decidí decantarme por las lentes ICL ya que es una cirugía menos invasiva y, en concreto, por las características de mis ojos, era mucho más recomendable esta opción.
Con las lentes ICL noto total nitidez y los colores muy vivos, pero lo mejor es la comodidad de no llevar gafas o lentillas, las cuales cada vez toleraba menos.
Al día de hoy estoy contenta con el resultado, por lo que no me arrepiento y sí volvería a operarme.
La sensación de abrir los ojos al despertar y ver todo nítido sin llevar gafas o lentillas es inmejorable. La comodidad de no tener que ponerte nada y de no notar la sequedad en los ojos que me producían las lentillas no lo cambiaría por nada. Y estoy segura de que poco a poco iré notando más mejorías en mi día a día.