Oftálmología pediátrica
y anejos oculares
Tratamientos - Párpados y anejos oculares
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Ptosis/Entropion/Ectropion
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Triquiasis
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Tumores palpebrales
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Cirugía lagrimal. Dacriocistorrinostomía (DCR)
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Ojo Seco
Incluimos las cirugías destinadas a corregir malposiciones de los párpados, malformaciones congénitas, cicatrices, excisión de tumores en parpados, y cirugía del aparato lagrimal, fundamentalmente la obstrucción del conducto lacrimonasal que va a producir lagrimeo continuo o epifora.
Cirugía lagrimal. Dacriocistorrinostomía (DCR)
La patología más frecuente del aparato lagrimal es aquella que supone la obstrucción de los canalículos lagrimales o sobretodo del conducto lacrimonasal. Este conducto actúa como drenaje de la lágrima y si se obstruye se produce un lagrimeo continuo y molesto.
Esta condición se produce sobre todo en personas mayores pero también puede ocurrir en jóvenes o incluso ser congénito desde el nacimiento. Existen múltiples técnicas para recanalizar o en su defecto realizar un nuevo conducto.
La recanalización es posible muchas veces en niños mediante la realización de sondajes lagrimales, pero no lo es en adultos por lo que recurrimos a la creación de un canal entre el ojo y la nariz. Es la dacriocistorinostomía (DCR). Es decir, la creación de una comunicación entre el saco lagrimal con la mucosa nasal. Y esto puede hacerse con láser o con cirugía externa a través de la piel. La cirugía es con anestesia general y por tanto molesta menos que el láser y además el número de fracasos a la hora de resolver la obstrucción es mucho menor.
También se puede implantar dispositivos para facilitar el drenaje como los tubos de LESTER JONES que supone una comunicación directa entre la conjuntiva y la mucosa nasal.
Ptosis/Entropion/Ectropion
Por otro lado hay multitud de técnicas quirúrgicas que permiten remodelar el párpado cuando se presentan malformaciones o caída del mismo.
Las más frecuentes son la ptosis (caída del párpado). Supone una caída del parpado superior por múltiples causas pero sobre todo relacionada con el paso del tiempo.
El ectropión supone una mayor laxitud del párpado inferior con exposición de la mucosa.
El entropion en el que el párpado se invierte y se va a producir un roce de las pestañas contra la córnea.
Estas patologías se pueden presentar de forma congénita o bien degenerativa, por el paso del tiempo.
Tumores palpebrales
También existen multitud de injertos y colgajos a realizar en caso de extirpar tumores palpebrales o para resolver cicatrices palpebrales, para lograr así la mejor reconstrucción del párpado y reestablecer de la mejor manera posible la funcionalidad de los párpados.
Ojo Seco
El ojo seco es una de las patologías más frecuentes en oftalmología, llegando a afectar a un 10-20% de la población adulta.
Es una enfermedad multifactorial que produce síntomas de incomodidad o molestias, sensación de “arenilla”, lagrimeo, escozor, fluctuaciones en la visión…
La película lagrimal está constituida por tres capas relacionadas entre sí: la capa acuosa, la capa lipídica y la capa mucosa.
La principal es la capa acuosa que tiene una función de nutrición de la superficie epitelial, función defensiva, refractiva y de lavado de la superficie ocular. La capa lipídica, secretada principalmente por las glándulas de Meibomio del borde palpebral, evita la evaporación de la lágrima y la capa mucosa tiene un efecto surfactante.
La clasificación más aceptada divide el ojo seco en función de su causa principal, aunque a menudo ambos grupos se encuentran solapados.
Por un lado tenemos el ojo seco hiposecretor o acuodeficiente, cuya causa principal es la edad (la secreción lagrimal disminuye de manera fisiológica a partir de los 30 años). Esto condiciona que en ausencia de patología las personas más mayores puedan tener síntomas de ojo seco en situaciones basales.
Por otro lado encontramos el ojo seco evaporativo, dentro del cual se incluyen los problemas asociados a blefaritis y disfunciones glandulares. Las causas más frecuentes de esta patología son ambientales (contaminación, sequedad …), hábitos de vida (uso de pantallas), hormonales (menopausia, anticonceptivos orales…), fármacos (ansiolíticos, antidepresivos, antihipertensivos…), uso de lentes de contacto, fármacos tópicos, enfermedades autoinmunes, etc.
El tratamiento consiste principalmente en la hidratación con lágrimas artificiales sin conservantes y geles lubricantes junto con modificaciones del estilo de vida. Son útiles también los complejos vitamínicos específicos ricos en omega 3 y 6.
En casos de ojo seco moderado- grave donde se produce un daño de la superficie ocular e inflamación en ocasiones necesitaremos ajustar un tratamiento más específico basado en suero autólogo (extraído de plasma del propio paciente), corticoides y ciclosporina tópica.
En los casos asociados a blefaritis es muy importante la lubricación y la higiene palpebral con toallitas o geles neutros específicos junto con calor local y masajes del borde del párpado.
Cuando el cuadro clínico es más acusado se pueden añadir tetraciclinas orales que tienen una función antibiótica y antiinflamatoria palpebral.
Actualmente existe la posibilidad de tratamiento con láseres pulsados, que pueden ser beneficios en algunos casos (IPL).